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La gran tragedia en el Meili

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Se ha pensado que las grandes tragedias en las altas montañas de Asia se habían producido en el Manaslu y en el Nanga Parbat, donde perdieron la vida 17 y 16 alpinistas respectivamente. Pero sospechábamos que algunos intentos chinos a sus montañas, en el Everest y algunos otros, silenciados por las autoridades, podían haber sido aún más dramáticos. Es posible que algún día sepamos de verdad la cantidad de alpinistas fallecidos en las ascensiones chinas de 1965 y 1975 al Everest, conquistado gracias al despliegue de una enorme cantidad de montañeros sin cualificar y que dejaron un auténtico reguero de muertos.

Hace unas semanas, en una cordillera perdida en la frontera con Sichuan he podido enterarme de primera mano de uno de los mayores dramas del alpinismo mundial en una de las montañas sagradas que he visitado, el Meili, una bellísima montaña de 6.840 mts. En enero de 1991 una gran expedición chino-japonesa intentó la escalada de esta montaña, una de las más sagradas para los tibetanos. Desde el principio la expedición tuvo malos augurios porque los lugareños consideraban una profanación el pisar la cumbre de su montaña. A pesar de todo, los trabajos de la ascensión progresaron rápidamente. Sólo al llegar al emplazamiento del campamento 3 hubo discrepancias entre chinos y japoneses por la colocación del campamento. Al final, en una decisión de compromiso, optaron por colocarlo en un punto intermedio, decisión que, a la postre, sería fatal. El último campamento, se colocaría a tan sólo 500 metros de la cumbre. E incluso algunos escaladores llegarían a estar a tan sólo 200 metros de la cima. La victoria parecía asegurada.

Según cuentan algunos tibetanos, los viejos comenzaron a orar, con lágrimas en los ojos, pidiéndole al dios de la montaña que mostrase todo su poder antes de que profanasen su cima los alpinistas. Contra pronóstico, el mal tiempo se adueñó de la montaña y los escaladores tuvieron que descender al campo 3 donde, a pesar de la tormenta, los alpinistas estuvieron bromeando con los que se encontraban en el campo base. De repente, un terrible y espeso silencio se adueñó de la montaña. Al día siguiente ninguno de los talkies del campamento 3 contestó a los repetidos mensajes del campo base. La mayor tragedia del alpinismo en China, y probablemente una de las más grandes en el mundo, se había cobrado la vida de 18 alpinistas (11 japoneses, 6 chinos y un tibetano).

Unos años después se encontrarían algunos restos de los infortunados escaladores desaparecidos en 1991. Y el Meili sigue intacto, prohibido y como lugar de culto preferente para los budistas tibetanos.