Enrique Cerezo suele decir que los futbolistas siempre juegan donde quieren. No siempre sucede así: el Barcelona se quedó con las ganas de llevarse a Filipe Luis y al Madrid le pasó lo mismo con Alves. La cabezonería de Lendoiro y Del Nido impidieron que los jugadores fueran donde soñaban. Desde el mismo momento en que Agüero se presentó en el Calderón solicitando su marcha, el delantero es ya pasado en el club madrileño, aunque Kun puede haberse metido en un lío.

Si Florentino Pérez respeta el pacto de no agresión, Agüero tendrá que buscarse un equipo y poner los 45 millones de la cláusula. Cerezo y Gil Marín hicieron lo que debían: defender al club por encima de todo. Aunque fuera a costa de ofrecerle un salario de galáctico a Kun. Hace mucho tiempo que los rojiblancos no nos ilusionamos con un jugador como Agüero, pero también se fueron Peiró, Futre o Torres y el club siguió existiendo, incluso ganando títulos. Agüero ha sido un grande y le deseamos lo mejor, aunque ahora se trata de que venga con el dinero y de acertar con dos jugadores de calidad que le sustituyan.