Las grandes dudas de mayo del 92
En mayo de 1992, el Barça llegó a Wembley con el miedo en el cuerpo. Seis años antes, pasó lo que pasó en Sevilla ante el Steaua de Bucarest y muchos barcelonistas vieron claro que nunca ganarían una Copa de Europa. Delante estaba un señor equipo. La Sampdoria de Boskov que le había ganado al enorme Milán de Sacchi y sus holandeses. En esa época, si no ganabas la Liga, no jugabas la máxima competición europea, pero aún así el Barça llegó a Wembley con todos los complejos habidos y por haber.
Aesas alturas del 92 acabábamos de descubrir a Penélope Cruz gracias a Jamón, Jamón; Clint Eastwood había rodado Sin Perdón y en los bares de Barcelona, los más enrollados no te hablaban si no habías visto una peli de un tal Tarantino que se llamaba Reservoir Dogs que ponían en el Verdi. Todo ello, mientras sonaban los Smashing Punkins y Friday I'm in love de The Cure. No se crean que todo era fantástico. Valga como ejemplo que se estrenó El Guardaespaldas, con Kevin Costner y Whitney Houston.
En mayo del 92 los jugadores del Barça llegaron al viejo Wembley y discutían mientras trotaban sobre el césped en el entrenamiento previo a la final sobre si eran 37 ó 39 los escalones que llevaban al palco de honor donde se recogía la copa. Hasta que Zubizarreta, ejerciendo de líder, dijo una frase que podía haber salido en el guión de Sin Perdón o de Reservoir Dogs: "Qué tal si primero jugamos, luego ganamos y al final contamos los escalones". Todos callaron y siguieron corriendo. Hoy, Zubi estará en el palco y Pep, que era el que preguntaba, en la banda. Lo que no estarán son las dudas del 92. Yo escucharé The Cure.