El Málaga se está haciendo grande, respetado y carismático. Lo vivido ayer en La Rosaleda con la presentación de las nuevas equipaciones de la firma Nike fue apoteósico. Muchísimos aficionados acudieron al acto y mostraron su fidelidad al club malagueño, que poco a poco va creciendo. Sólo llevan las prendas americanas el Barcelona, el Atlético de Madrid y también el Hércules, descendido a Segunda División. El Málaga CF siempre fue fiel a sus principios y comenzó su andadura con Rasán, una firma valenciana que ayudó muchísimo al club en sus inicios; siguió con Kelme, que vivió sus mejores éxitos con los ascensos a Segunda y Primera División, y luego Umbro, que vistió al equipo blanquiazul en la Copa de la UEFA y cambió los colores de blanquiazul a albiceleste en conmemoración de aquel equipo de los años 80 que goleó al Real Madrid. Cuando el Málaga era ya un club respetado surgió lo de Li Ning y después de un año llega Nike, que le dará prestigio.

En esas camisetas que lucirán los Baptista, Recio, Apoño, Duda, Demichelis, Eliseu, Weligton, Gámez, Camacho, Rondón, Fernández, Maresca, Juanmi, Portillo y compañía, también lucirán el patrocinio de Unesco, que le dará realce ante todo el Mundo. Es una cuestión solidaria como la que tiene el Barcelona con Unicef. El Málaga es cada vez más grande y estos actos del jeque y Abdullah Ghubn, ofrecen lo que quiere ser la entidad y hacia donde va dirigida. El Málaga es un sentimiento. Volveré.