Urgencia de revolución

Resumamos el fin de semana de Ferrari. Aparece el jueves con un sistema de escape modificado, un fondo plano novedoso y un revolucionario alerón trasero que supuestamente iba a mejorar los tiempos del monoplaza una décima por vuelta. Por fin Domenicali nos sorprendía con algo singular, a lo Newey, tal y como le sugirió hace unos días Luca di Montezemolo. En los primeros libres la distancia con los RB7 y los MP4-26 se acorta, pero la FIA declara ilegal al alerón. Pese a ello, el sábado Alonso se saca de la chistera una vuelta mágica y logra un cuarto en parrilla, mientras que ayer nos obsequia con una salida digna de una película de ciencia ficción, una obra maestra.

Y se acabó, esto es lo que ha dado de sí el mejor equipo de la historia de la F-1 en Montmeló, dos genialidades de Alonso y un catálogo de desaciertos, incluido el bochorno de ser doblado, que llevan al asturiano a 77 puntos de Vettel. Y de lo de Massa mejor no hablar (Enzo Ferrari decía que un piloto es como una bombilla, cuando se funde se cambia). La temporada se ha perdido y hay que empezar a pensar en 2012. Imagino que por imperativo, Don Luca seguirá. Alonso debe ser la base del nuevo proyecto. Es prioritario encontrar un director deportivo, un jefe técnico del perfil de Newey y un segundo piloto. La revolución de Ferrari debe empezar ya.