La sonrisa de Ferenc Puskas

Y mientras, Mou a lo suyo. Por si alguno creía que el portugués se estaba replanteando su vida en silencio. Nos ha vuelto a pillar despistados discutiendo de valores en la Spanish Revolution de la Puerta del Sol, de valores de los valores en Can Barça, y de valores de los valores de los valores en la visita blanca a Lorca. Cuanto menos habla, más da la impresión de que es el único en el mundo que ya tiene ganas de que vuelvan los Clásicos de agosto en la Supercopa.

Al lío. Por si quedaba algo ajeno a su control, la primera decisión para el nuevo curso sirve para anular el último movimiento del club sin su visto bueno: no le vale Pedro León, quiere un centrocampista polivalente, rocoso, en la banda derecha. Y con truco, porque Altintop puede jugar incluso de lateral. Pero de paso consigue que el segundo jugador que obtiene el premio Puskas de la FIFA al mejor gol del año (el primero fue Cristiano con el United) juegue también en el Madrid. Silencio de Mourinho aquí abajo, sonrisa de Pancho allá arriba.