Los que nunca fallan en la final

Hablaba ayer con un seguidor acérrimo del Manchester United residente en Barcelona desde hace muchos años y padre de una preciosa niña catalana que se sorprendía de que casi 90.000 seguidores del Barça quisieran ir a Wembley cuando el equipo de Guardiola juega casi en solitario los partidos de Liga fuera de su campo. Algo impensable para un británico. Pero el Barça no es un caso aislado. En España las aficiones son tan estupendas que tan sólo se mueven en las finales o viajan a esas plazas que saben que son cómodas y con buen repertorio gastronómico. En este sentido, el desplazamiento del Barça a Donostia es todo un clásico.

Ahora, además, nos encontramos con que se ha disparado el mercado negro de la reventa de entradas. En tiempos de crisis como los actuales, una entrada para la final sirve para pagar las colonias de los niños, la letra del coche, la cadera de titanio del abuelo o la revovación del carnet del Bicing. Por tanto, no es de extrañar que internet vaya lleno de ofertas por un asiento en Wembley. Y no todas provienen de socios necesitados. Muchas de estas entradas de alto standing provienen de patrocinadores de la UEFA, que son los únicos con acceso a los palcos VIP.

Unos palcos que van a estar a reventar de gente que tan sólo va a un partido de fútbol al año. Gente que está en puestos estratégicos en el ayuntamiento, la policía, los bomberos o las pompas fúnebres y que son los que nunca fallan.