Morir con dignidad, el objetivo

Consumado el descenso, el Hércules sólo se juega la dignidad en estos dos últimos partidos de Liga, empezando esta tarde por el Calderón. Entre los que se han tirado del barco (Drenthe) y los que se han lesionado en el último momento (Valdez), muy poco queda de ese proyecto que conquistó el Camp Nou y fue idolatrado durante la primera vuelta. De Europa hablaban unos dueños ilusos hace meses. Sin embargo, la apuesta del Hércules ha fracasado. Llegar al Calderón sin vida lo demuestra. Pese a todo, Djukic, consciente de que tiene las horas contadas en el Hércules, ha trabajado para intentar poner patas arriba el Manzanares.

El serbio levantará un muro con cinco atrás y sólo Farinós y Tiago masticarán el juego. Arriba también hay sorpresas. Portillo vuelve al once, pero lo hará como mediapunta y escorado en la izquierda. Le acompañarán Kiko, la sensación de este tramo final, y Trezeguet. Pero de poco sirve hablar de sistemas a estas alturas. El Hércules está en Segunda y sólo falta firmar una muerte digna. La ciudad lo merece.