Peajes del crecimiento
Mientras escribo, a mi vera Juanma Trueba clama contra todos los jugadores del Madrid: no le sirve ni uno. Se le pasará el disgusto y atemperará juicios, pero es fiel representante de la histeria que rodea a este equipo hace años y que, ahora más que nunca, es fundamental evitar. Molin aparte, ayer defraudaron los jóvenes. Llull, Suárez y Mirotic, vitales en que el Madrid volviera a una Final Four tras 15 años, no estuvieron a la altura del escenario. Podía suceder, peajes del crecimiento.
En concreto, ellos tres, más Tomic y lo que le aguante el cuerpo a Felipe Reyes, son los pilares sobre los que construir. Y son pilares sólidos si la tormenta que se avecina en las próximas horas no les derriba. Muchos aficionados blancos me decían ayer que para hacer el ridículo mejor no haber llegado. ¡Por favor! Pregunten al Barça o al Baskonia si se cambiaban... Sólo espero que los dirigentes no piensen igual. Tras años perdido, el Madrid ha vuelto al camino. Salirse otra vez sería morbo suicida.