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Oliver Martínez

Autorregular: la clave de la cuestión

Sin entrar a valorar estrategias de juego ni decisiones arbitrales (bastantes debates ya se han hecho al respecto), voy a analizar algo de lo que poco se está hablando: el partido de vuelta. Aunque algunos no se lo crean o no hayan caído en ello, todavía faltan noventa minutos (o quién sabe si más) para dilucidar definitivamente la eliminatoria. Después de ver cómo miles de aficionados ya han celebrado anticipadamente el pase a la final (en Barcelona y otras localidades del país), Guardiola tiene ahora un reto realmente complicadísimo; contener la euforia a través de la llamada autorregulación colectiva de las emociones. El técnico del Barça sabe que como el equipo no juegue con la misma ambición, intensidad, cohesión y motivación con la que afrontó el partido del Bernabéu, se puede encontrar con un escenario muy peligroso. Más sabiendo que esta vez sí que se va a enfrentar a un Madrid con todos sus atacantes encima del campo.

Como he comentado varias veces, las finales se ganan con el corazón y en las eliminatorias a doble partido se consigue el pase con la cabeza. En este sentido, cualquier error de autorregulación, es decir, en el autocontrol de la toma de decisiones individual o colectiva puede decantar la balanza hacia el éxito o el fracaso. En este sentido, los dos jugadores que más suelen perder el control en el Madrid (Pepe y Ramos) no estarán, por lo que una posible amenaza puede gestionarse como una oportunidad para el Madrid si refocaliza su estrategia y táctica de manera mucho más ofensiva, porque alternativas no le faltan y la imprevisibilidad del equipo de Mourinho puede hacer que de nuevo aparezca la mejor versión del Madrid de Valencia, Bilbao y Santander. Así que bien hará Pep Guardiola en mantener la prudencia y contener la euforia colectiva. Show must go on.

Oliver Martínez es psicólogo deportivo.