La terna que lidiará a Contador
¡Qué curioso y paradójico! La Federación Española de Ciclismo y el entorno de Alberto Contador han recibido como una buena noticia el nombramiento del israelí Efraim Barak como el presidente de la terna que juzgará el caso del madrileño en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Lo mismo ocurrió cuando la Unión Ciclista Internacional (UCI), que pleiteará junto a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), se decantó por el suizo Quentin Byrne-Sutton. Ambos desprenden buen ‘feeling’.
¿Por qué? Pues resulta que Efraim Barak, que nació hace 53 años en Buenos Aires, recoge en su currículum vitae el español como uno de sus tres idiomas. Tiene vínculos estrechos con nuestro país, personales y profesionales. Es profesor en Masters del Instituto de Estudios Bursátiles (centro asociado a la Universidad Complutense) y del Instituto Superior de Derecho y Economía, ambos en Madrid. Además, sirva como anécdota que en la fotografía de su perfil de Facebook aparece bebiendo una copa de vino, así que seguramente conocerá los buenos caldos de esta tierra.
Barak tiene amplia experiencia en litigios del fútbol. Entre los más conocidos estuvo la sentencia que daba la razón al FC Barcelona para no ceder a Messi a Argentina para los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 (aunque finalmente participó gracias a un acuerdo entre las partes). O el laudo que condenó a Mutu a indemnizar al Chelsea con 17,2 millones de euros tras ser despedido del club inglés por dar positivo con cocaína. En casos de dopaje tiene una corta andadura, pero aun así ha intervenido en alguno, como en el tribunal que ratificó la sanción de dos años a las biatletas rusas Ekaterina Iourieva y Albina Akhatova por sus positivos con EPO.
Gorka Villar, hijo del presidente de la Federación Española de Fútbol, es el abogado que coordina la defensa de Contador en el TAS y conoce bien a Barak. De hecho barajó su nombre como uno de los candidatos para formar parte del panel en representación del ciclista de Pinto. Finalmente se descartó porque se optó por el alemán Ulrich Haas, de 47 años, profesor de la Universidad de Zúrich y colaborador con la AMA en la redacción del Código Mundial Antidopaje. Un juez de la considerada ‘línea dura’, que presidió el tribunal que condenó con dos años a Alejandro Valverde. La elección de Haas es una jugada inesperada y original que puede salir muy bien o muy mal. Pero en todo caso es la reiteración del mensaje que siempre ha lanzado Contador: “Soy inocente y me da igual quien me juzgue”.
El tercer juez es el suizo Quentin Byrne-Sutton, de 51 años, que bajo la bandera de Gran Bretaña participó como esquiador en los Juegos Olimpicos de Invierno de Innsbruck 1976. Como árbitro del TAS, Byrne-Sutton echó atrás una decisión de la UCI (la federación que ahora le ha seleccionado) y permitió a Valverde participar en e l Mundial de Stuttgart 2007. Paradójicamente, el más duro de la terna es Haas, pero juega en campo propio. Siempre en teoría, claro, porque en la práctica los tres jueces son totalmente independientes, al margen de quien les haya seleccionado.
Una vez completado el tribunal, el TAS también se ha marcado un calendario: durante el mes de mayo se recopilará y estudiará la documentación escrita; en la primera mitad de junio se celebrará el juicio oral, y la decisión se hará pública a finales de ese mes, antes de que comience el Tour de Francia (2 de julio). La Federación no descarta esos plazos, pero desde el entorno de Contador no se ven tan fáciles de cumplir, porque no sabe si tendrá tiempo para preparar los argumentos científicos de su defensa.
El TAS parte desde cero y ya no vale nada de lo anterior. La AMA no se cree la teoría del solomillo y ha argumentado que ese clembuterol podría haber llegado a su organismo a través de una autotransfusión de plasma. La defensa ya trabaja para desmontar esa acusación, pero ¿tendrá tiempo y garantías suficientes dentro del calendario que le propone el TAS? “Por el bien de todos, mejor que se solucione antes del Tour”, nos dice una importante persona del ciclismo. Ese “bien de todos” es llegar a la ronda francesa con el conflicto solucionado. Las presiones van a ser enormes. Y todo apunta a que finalmente se habrán de cumplir esos plazos.