El Código Disciplinario debe variar
Esta temporada se ha llegado a extremos inadmisibles con el asunto del lanzamiento de balones al campo para interrumpir el juego. Hemos sido el hazmerreír de Europa. Empezó en Pamplona, donde el público de Osasuna los lanzó para perjudicar al Madrid, siguió en Zaragoza, hasta el punto de que hubo alguno que se tiró desde el banquillo del equipo local, y ha continuado en varios estadios (Getafe, Sevilla, Zaragoza...). Desde hace tiempo hay una recomendación de FIFA que dice que cuando se lance un balón al campo, no se debe cortar el juego por este motivo, salvo que la pelota interrumpa su desarrollo. Undiano lo interpretó correctamente en el Sevilla-Villarreal, aunque hubiera varios balones en el campo al mismo tiempo.
El control de los balones lo lleva el cuarto árbitro con el delegado de campo, que es el responsable de los recogepelotas y éstos hacen lo que les dice. Por otro lado, si los balones los tiene el cuarto árbitro se tarda tiempo en desplazarlos al sitio por donde ha salido el que está en juego. Para agilizarlo es por lo que los recogepelotas los devuelven rápidamente. La única forma de solucionar el problema es con sanciones ejemplares a los clubes. Hay que modificar el Código Disciplinario.