El rol de Cristiano
Decía Valdano que una final se decide por un error o por la genialidad de una de las figuras, y ponía como ejemplo a Cristiano. Seguro que muchos madridistas se acordaron de eso en tres jugadas puntuales de la primera mitad en las que el portugués no acertó. El fútbol le había dado la posibilidad de desequilibrar y no lo aprovechó. Además, tuvo un par de detalles feos con el equipo por seguir dándole vueltas a lo que había marrado. Pero aún quedaba lo mejor.
En la segunda parte, trabajó y se olvidó de los desplantes. Antes de la prórroga asomó nuevamente en ataque. El oportuno pie de Alves, y cierta precipitación para acabar otro contragolpe, le quitaron sus oportunidades. Llegaba la prórroga y también el momento que Cristiano llevaba esperando casi dos años. Cabezazo sublime a pase de Di María. Gol. Adiós ansiedad y a dieciocho años de sequía copera en el Madrid. Tenía que ser él. Ya lo dijo Valdano. Cuestión de roles...