Un relevo difícil, pero aconsejable

Un relevo difícil, pero aconsejable

Luz y taquígrafos para el relevo de Eduardo Portela. No tiene porqué haber complot, ni drama, ni traiciones en la sustitución de un cargo que se ha mantenido durante 21 años. El problema es que Portela ha hecho una labor tan extraordinaria que resulta muy difícil encontrarle heredero. A mí entender, la fórmula directiva de la ACB ha funcionado bien durante varias décadas de modo que no veo motivo para cambiarla. Según ello, el objetivo debe ser encontrar otro presidente idóneo para la asociación. Y mientras tanto, tratar a Portela con el respeto máximo al que se ha hecho acreedor. Su labor en el baloncesto, no ya español sino europeo, le coloca al lado de líderes como Williams Jones, Raimundo Saporta, Boris Stankovic, Patrick Baumann y Robert Busnel.

Q uizá interese recortar algo las prorrogativas que ha ido acumulando el presidente de la ACB por la confianza que todos tenían en Portela. Pero en toda empresa interesa una cabeza visible, aunque esté muy bien controlada por una Comisión y el mando supremo se mantenga en manos de los asociados. A la hora de apuntar nombres, hay dos que sobresalen: Josean Querejeta, presidente del Baskonia, y Jordi Bertomeu, director ejecutivo de la Euroliga. Pero es difícil que cualquiera de ellos acepte dejar su función actual. En todo caso, está claro que interesa un nuevo presidente con entusiasmo, ideas renovadoras que impulse y revitalice la ACB. Y Portela, indudablemente, puede estar a su lado como impagable consejero.