Kaká, mira el espejo de Zidane

Zidane fichó por el Madrid el 9 de julio de 2001. Habían pasado 17 días desde que había soplado la tarta por su 29 cumpleaños. ¿Viejo? En absoluto. Durante cinco temporadas impartió magisterio y dejó una huella de futbolista elegante y excelso que aún perdura en la memoria del Bernabéu. Pasemos a Kaká. El brasileño de cara de niño cumplirá precisamente 29 años el próximo día 22, sólo 48 horas después de la final de Mestalla. Ya lleva en el Madrid dos cursos y apenas ha dejado un par de pinceladas. Su partidazo del Camp Nou con Pellegrini, su golazo al Atleti en el Calderón y su espléndida actuación en San Mamés ante el Athletic.

Poco para el que ha sido el tercer fichaje más caro de la historia del club (sólo Cristiano y Zidane le superan). Pero ahora que va a igualar la edad con la que aterrizó el mago marsellés, creo que es necesario pasar página y dejar a Kaká que pague esa deuda que él mismo reconoce tener con el Madrid y con la afición. Asume que no ha cumplido con las expectativas levantadas después de su contratación y esa autocrítica habla a favor de él. Su reconciliación con el Bernabéu precisa de una respuesta nítida en el terreno de juego y de una actitud que no ofrezca dudas. Hace un mes, todos en el club daban por hecho que se le vendería si en junio llegaba una buena oferta. Ahora, hablan de "recuperarlo para la causa". El Kaká de Bilbao es el que todos queremos ver sobre un campo. Ricardo, está en tu mano.