Un triunfo ‘a lo Olano’ y con declaración de amor

Johan Van Summeren, un tallo belga de 1,97 metros de estatura y de 30 años de edad, ha protagonizado el cuento de la ‘Cenicienta’ a lomos de una bicicleta sobre los adoquines del Infierno del Norte. Van Summeren no es un ganador. Sí lo era de amateur, cuando venció la Lieja-Bastoña-Lieja de categoría sub-23 en 2003. Pero como profesional solo tenía una etapa y la general de la Vuelta a Polonia 2007. “A partir de ahora ya seré el ganador de una París-Roubaix para toda la vida”. Casi nada.

Van Summeren es gregario de profesión. Y lo va a seguir siendo, porque levantar el pedrusco más importante del ciclismo no se le ha subido a la cabeza. “Conozco mis limitaciones y sé hasta dónde puedo llegar. Estoy al servicio del equipo y soy feliz de ayudar a los demás”, dijo en la rueda de prensa. “Johan no tiene el físico de Cancellara o Hushvod, él es un trabajador”, añadió Jonathan Vaughters, su director en el Garmin-Cervelo.

Vaughters colgó en su twitter una imagen de la rueda trasera de la bicicleta de Van Summeren. Estaba pinchada. Y con esa avería, el belga hizo los últimos cinco kilómetros de la clásica en solitario. El dato, inevitablemente, nos recordó a aquel Mundial de Duitama (Colombia) que ganó Abraham Olano.

Por si fueran pocos ingredientes novelescos o cinematográficos, también tenemos una historia de amor. Van Summeren propinó un sentimental y sudoroso abrazo a su novia Jasmin y aprovechó la emoción del momento para pedirle matrimonio. No ha transcendido cuál ha sido la respuesta, pero, aunque seguro que Jasmin siempre había soñado con una declaración muy diferente, difícilmente podrá negarse.

El ciclismo tiene estas cosas. Es un deporte que muchas veces brinda una oportunidad al ‘Patito feo’. Sólo hay que estar en el sitio adecuado y en el momento preciso. Que le pregunten si no a Óscar Pereiro. El más fuerte era Fabian Cancellara, pero cuando un solo hombre tiene que luchar contra el mundo, pues a veces gana el mundo. El suizo llegó a tener a Van Summeren y a sus compañeros de escapada a solo 25 segundos, pero Thor Hushvod (compañero del belga) y Alessandro Ballan se habían pegado como una lapa a ‘Espartaco’, quien, harto de comerse el aire, decidió frenar a 30 km de la meta. Los fugados se distanciaron a un minuto de distancia. Hasta que a 15 km, en el Carrefour de l’Arbre, Van Summeren se marchó solo hacia la gloria y hacia su Jasmin.

En ese mismo punto, Cancellara atacó por detrás, atrapó a los fugados y los derrotó en la lucha por el segundo puesto. El doble ganador en 2006 y 2010 era el más fuerte, como lo fue la semana pasada cuando acabó tercero en el Tour de Flandes. Pero las hadas madrinas tenían estos días planes diferentes. Juan Antonio Flecha, tres veces podio, se clasificó esta vez noveno. Sigue rondando su propio final de cuento. Quién sabe si no será el próximo que sea tocado con la varita.

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