El Madrid y su semana sangrienta
Lo escribí (AS, 25 septiembre 2010) en pretemporada: "Barça, un equipazo consolidado, rebosante de poder y talento. Real Madrid, un puzzle con bonitas piezas, pero aún sin esquema ni cohesión. Power Electronics Valencia, la alternativa emergente, el tapado con arsenal atómico". A nadie le extrañe, por tanto, si digo ahora que el jueves y el sábado próximos no quisiera estar en el banquillo del Real Madrid. No niego posibilidades de victoria a Lele Molin y sus jugadores, pero van a ser dos batallas sangrientas, angustiosas, en las que ni siquiera el factor cancha confiere nivel de favorito al Real Madrid.
Yo daría un mensaje previo al seguidor merengue: ocurra lo que ocurra, sólo son dos pasos (adelante o atrás) en la trayectoria de su equipo. Si se mete en la Final Four de la Euroliga y, además, iguala con el Barça en la ACB, fantástico para la progresión y confianza del grupo. Pero el proyecto de equipo campeón no estará consumado. Aún no han aparecido los referentes que, por el contrario, sí tiene el Valencia (Savanovic, Cook) y que tenía el Barça antes de las lesiones de Mickael y Navarro. Si sufriera derrotas, el club blanco debería asumirlas sólo como importante retroceso, pero no como apocalipsis de su enésimo proyecto. Mantener lo válido y reforzarlo cada año es más coherente que empezar siempre desde cero.