Otra comidita... incluido Miguel
Impulsada por Llorente y Unai Emery hoy han sido convocadas todas las partes del club a una comida, de integración, unión y grupo. Como es comida (no cena de jueves) y, además, estará el presidente, supongo que luego no habrá ni copas ni fiesta. El equipo está en un momento clave de la temporada donde se juega mucho. En términos económicos, se trata del equilibrio presupuestario para la próxima temporada. En el aspecto deportivo, el prestigio y la ilusión para la afición de volver a jugar por segunda temporada consecutiva la Champions. Por ello e impulsado desde la planta noble se produce esta comida para generar buen rollo. Estoy un poco incrédulo con estas comidas porque los últimos resultados no han sido los esperados. Y Unai se los ha llevado de cena, de fiesta, al río en piragüa e incluso a la nieve. Y las gallinas se han seguido escapando y cacareando a su libre albedrío. Ya no es cuestión de técnicas de integración y grupo; es cuestión de que hay mucho irresponsable en ese vestuario.
Uno de ellos, Miguel, se reincorporó ayer tarde al trabajo como uno más después de 18 días de castigo y de estar apartado. La decisión es de Unai, que ha considerado que ya ha tenido suficiente. No sé si esa decisión está forzada por la necesidad de mejorar la defensa del equipo, que tantas jaquecas está causando. De ser así, tampoco creo que Miguel vaya a ser la panacea, porque no lo estaba siendo cuando fue apartado del equipo. Creo que es más sintomática la señal de debilidad que da el club a nivel disciplinario con un levantamiento del castigo tan pronto que los beneficios defensivos que vaya a dar Miguel. Y lo que más impotencia me crea es la constatación de que no se le pueda conseguir un despido laboral procedente. No sé si porque los abogados del club son muy flojos o porque la legislación laboral protege al futbolista hasta límites vergonzosos.