Carnaval de lesiones y despachos

Carnaval de lesiones y despachos

Los carnavales se cierran hoy con el tradicional entierro de la sardina, una pena para comparsas y chirigotas, que tendrían en el Depor un filón. Las infinitas lesiones musculares, con sus eternas recuperaciones, darían para más de una letra ácida de las murgas. Con el adiós del Rey Momo es momento para quitarse los disfraces y dejar de hablar de mala suerte. Falla la estructura médica, la preparación física y su posterior recuperación. Sé que Lendoiro se resiste a profesionalizar el club, pero el coste de las lesiones en lo deportivo, y en lo monetario, le debería hacer reflexionar.

De igual manera sucede con los despachos, donde en muy poquito tiempo se ha hecho el ridículo con Javito y Rindaroy, como antes con los eternos viajes de Urreta y Morel para obtener el visado. Otro ejemplo de que es necesario profesionalizar la Plaza de Pontevedra, que sigue expuesta a que un catarro presidencial colapse el club. La guinda al Carnaval la ha puesto Zé Castro, desaparecido en combate mientras sus compañeros se jugaban el ser o no ser ante la Real. Su agente carga contra Lotina, '¿quién se cree?' Pues el entrenador, está claro. En sus manos estará abrir expediente porque el club, que no aprendió nada de lo ocurrido con Aouate y Munúa, se lava las manos, y sigue sin haber código de disciplina interno. No pasa nada, el infierno está a cinco puntos y lo demás no importa.