Karim sigue creciendo...
Hay que ser muy fuerte para aguantar tanta crítica grosera y no rechistar. Benzema ha soportado la gracieta del perro y el gato sin inmutarse. Y, además, ha ido creciendo en el juego, algo que tiene mucho más valor que los goles. Ayer, en Santander, dio un recital. Sin hacer ruido, con el mismo estilo de Özil. Hizo su trabajo, marcar goles, y tuvo tiempo para bregar. Seguro que en soledad, Karim reflexiona sobre el nivel de exigencia que ha tenido desde que llegó.
Con su edad y la progresión demostrada en los últimos meses, otros estarían pidiendo ya un aumento de contrato. A él los grandes titulares se le resisten y si asoman es para ridiculizarle. Sinceramente, uno empieza a entender el gesto de rabia, más que de euforia, de Florentino en Lyon, sabedor de lo mal que lo ha pasado el francés. No duden que, al igual que ocurre en otras facetas de la vida, el éxito tiene muchos más padres que el fracaso. Ya veo a alguno colgándose la medalla.