Acusaciones sin ninguna credibilidad

El periodismo sensacionalista suele alimentarse de sus propias miserias. Todo vale si se trata de conseguir un titular impactante, ganar audiencia... o vender libros. Es precisamente la artimaña que está utilizando Tom Bowers para intentar elevar a la categoría de best seller su biografía sobre Ecclestone. De la apasionante vida del patrón de la F-1, lo único que se había filtrado hasta ayer era que su mujer le pegaba y le insultaba. Y ahora jalea el morbo escarbando en la porquería para acusar a Alonso de tramposo y chantajista. Nada más y nada menos... Sin argumentos, sin pruebas, tirando la piedra para esconder la mano una vez conseguido el objetivo de la promoción de un libro que, para mí, carece ya de cualquier tipo de credibilidad, visto lo visto.

Ecclestone ha dejado claro que no quiere saber nada del asunto, que lo publicado no es lo que había acordado Bowers con él. Lo de mezclar al español en el lío tiene todo el sentido, conociendo la animadversión que Fernando despierta entre buena parte de la Prensa británica tras su tumultuoso paso por McLaren. Y como acusar es fácil y no suele tener consecuencias (sobre todo en un asunto tan peliagudo como éste, en el que pretender disponer de pruebas es casi una quimera), pues el periodista se lanza al amarillismo y busca notoriedad a costa de los demás. En lo que no debe haber caído es en que todo lo que cuenta es un sinsentido clamoroso. Lo peor del caso es que, pese a todo, finalmente se sale con la suya: ladran, luego cabalgamos...