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El colmo de un buen 'Plan B'

Sí, usted también aprobaría el curso intensivo de fichajes galácticos. Se escoge, por ejemplo, al mejor futbolista del mundo en su puesto, se pide precio por él, y se paga. El único problema, interminables negociaciones aparte, es tener la pasta... Y que ese futbolista quiera fichar por su club. De CCC al cielo. Pero la vida de un club se parece más a El gran Lebowski de lo que creíamos: ¿Qué pasaría si Cesc Fábregas no deseara fichar por el Madrid? Es el momento de un Plan B.

El 4 a la espalda, la cara de listo, la gomina en el pelo (y qué pelazo, oiga), la personalidad para bajar a recibir el balón e iniciar la jugada, el instinto para asociarse y ofrecerse al compañero y la calidad para fintar y disparar a puerta. Aun así, algún madridista con el ceño fruncido dirá que Javi Márquez no es Cesc Fábregas. Pues no, no capitanea el Arsenal, pero tampoco cuesta 50 millones de euros ni sueña con jugar en el Barcelona. Los ecos del banquillo y los guiños en el palco de Cornellà tras la victoria allí del Real Madrid ante el Espanyol hacen intuir que el Plan B, además, incluye una salida secreta a otros problemas: al míster le gusta; al director general, también. Para colmo, Javi Márquez podría ser el futbolista que por fin pusiera de acuerdo a José Mourinho y a Jorge Valdano...