El patito feo es un cisne agradecido
No es sencillo que un futbolista que fue mucho, pudo ser todo y se quedó en casi nada regrese a la élite cuando el mundo ya le daba por perdido. Requiere valores que nunca sospechamos que Reyes llevase dentro: madurez, fuerza de voluntad y hambre. Así, la volátil chica guapa con ojos de loca se transformó en esposa y madre ejemplar. Hoy, es el jugador más fiable del Atlético, Kun incluido. Qué vida esta. Por supuesto, el gran responsable de esta resurrección ha sido el propio zurdo, pero la labor de Quique como padre y guía espiritual fue impagable. El técnico ha rematado en el Manzanares la obra que comenzó en el Benfica (que entre Reyes y Salvio es como Lourdes para el Atleti: envía zombis y le devuelven futbolistas) y es bonito ver como el utrerano es agradecido y le reivindica en tiempos de debilidad. "No se le valora", dice. Y tiene razón.
Con las turbulencias, el debate sobre Quique parece haberse reducido a si los dos títulos compensan dos Ligas tan mediocres. Para mí sí, personalmente, pero me gustaría que mirásemos un poco más allá de los resultados puros y duros. Conviene recordar que el técnico es el máximo valedor de dos de las tres luces más brillantes del actual Atleti: Reyes y De Gea. Dos jugadores a los que se estuvo intentando colocar durante todo el verano de 2009, pero nadie quiso asumir el sueldo del extremo y el portero no aceptó las cesiones que se le propusieron tras incorporarse Asenjo y Roberto. Esos descartes enquistados contra la voluntad del club pasaron a ser titulares indiscutibles con la llegada de Quique y valen hoy muchos puntos y, en el peor de los casos, una millonada. Sumados a una Europa League y una Supercopa europea, no es mal bagaje para año y poco de trabajo...