Los números no mienten

El Atlético tiene que aliarse con su historia, sus números y, sobretodo, la fiel respuesta de sus seguidores en toda España. Madrid y Barça no le regalan la preferencia de cobrar un escalón por encima del resto. Los dos grandes conocen, como el resto de equipos, las cifras de pago por visión y conocen también los índices de audiencia cuando los partidos se ofrecen en abierto por televisión. En ambos casos el Atlético ocupa siempre la tercera posición de la tabla. Desconozco si la negociación colectiva reportará mayores beneficios. Entre otras cosas porque la Liga de Fútbol Profesional, hasta ahora, no ha demostrado ser una gran gestora de recursos. Todo lo contrario. Extraña que clubes tan beligerantes como el Sevilla, no se planteen también el papel real de la actual Liga. ¿Se analiza en las Asambleas la política de horarios que impone el operador con la anuencia de los representantes de los clubes?

Es oportuno que en ese futuro reparto de los derechos televisivos se prime la clasificación de los últimos años y hasta puede resultar un aliciente nuevo para la competición. También resulta lógico que se intenten estrechar las diferencias actuales, que son escandalosas. Pero no tiene sentido obviar el tirón que tienen unos y otros entre el gran público. Y ahí, el Atlético mantiene una ventaja considerable sobre el resto, si dejamos fuera a los dos grandes. Únicamente el Valencia se aproxima a sus números. No hace falta que lo refrenden los que tienen la sartén por el mango. Por tanto, el Atlético no necesita extrañas alianzas con los poderosos ni tampoco mendigar un puesto de honor entre el resto. Simplemente ha de defender sus derechos. Y si otros no lo ven claro, el asunto es sencillo: que sigan negociando cada uno por su cuenta. Por no hacer falta, no hace falta ni que exista la LFP.