Una razón para motivar a Messi

Una razón para motivar a Messi

Ala hora o por ahí de partido estaba pensando que hay algo del orgullo de emigrante cuando se observa con media sonrisa lo que el Barcelona hizo desde el principio en el Emirates aunque uno no promulgue con sus colores. Los que llevamos dos décadas fuera de casa recordamos la falta de personalidad de muchos equipos españoles que jugaban en Inglaterra con el partido perdido de antemano. El Barca, no. Su ansia de protagonismo te ayuda a llevar con orgullo la bandera del fútbol español como representante del deporte entendido como espectáculo o incluso como espejo de las virtudes del catalán y del español (seriedad, trabajo en equipo, profesionalidad). En esas cosas se entretiene uno cuando la superioridad de los culés duerme el partido y el rival. El Arsenal había hecho las cosas bien acumulando hombres en el centro, presionando la salida del balón muy arriba, adelantando la línea defensiva y atacando por los huecos que dejan los laterales.

Pero poco a poco fue pareciéndose a docenas de equipos que lo habían intentado antes con las mismas armas. Y entonces la magia de este deporte (un error del que casi nunca se equivoca, una sustitución acertada, la sorpresa, el jugador número doce dejándose la voz) irrumpió en la siesta que a veces parece también relajar a los azulgranas. Hay partido. Por cierto, Messi sigue sin marcar en Inglaterra. Por si anda falto de razones para motivarse: por aquí se dice que no triunfaría en la Premier.