Alí no es ningún Piterman

Los últimos han sido días inciertos en Santander. La ilusión inicial se truncó en desconfianza cuando Alí Syed no terminaba de viajar hacia España para cerrar el acuerdo de compra del Racing de Santander. La sombra de Piterman era alargada en Cantabria Infinita. Y las urgencias económicas del club y del Gobierno cántabro hacía crecer la incertidumbre por si se iba al traste la llegada del salvador. Pero Alí Syed cumplió su palabra. Llegó el viernes a Suiza para poner negro sobre blanco el acuerdo y empezar a soltar la tela pactada (el montante de la operación asciende, entre unas cosas y otras, a 30 millones de euros).

Su intento fallido de compra del Blackburn Rovers inglés transmitía también cierta inseguridad. Rompió aquel negocio cuando en la prensa inglesa se contaron falsedades sobre las condiciones de la compra. Aquellas filtraciones inexactas provocaron que Ali no invirtiera en la Premier League. Entonces fue cuando en quedó deslumbrado por la fuerza de la marca del Santander y se quiso vincular al banco de Emilio Botín.

El empresario indio se informó de que Santander era una ciudad con un equipo de fútbol en la Liga BBVA e inició la ofensiva para comprar el club. Y ha empezado su proyecto. Cuentan que posee un patrimonio de 9.000 millones de libras y que no va de farol. Ya ha puesto ocho millones de euros por las acciones y ha pagado la deuda con Hacienda de 1,8 millones que vencía ayer. Y aprieta para hacer fichajes. Ha hecho más que Piterman en dos años y no quiere ser entrenador. Y Matilla dice que es muy majo cara a cara...