A Forlán la fama no le sienta bien

Siento defraudar a quien espere que escriba de Teixeira o de la esperpéntica coproducción Elías-Quique que dio lugar al mortal 0-1. Sólo me inspiran vergüenza ajena el primero y desesperación lo segundo, no merecen demasiadas líneas. Forlán, en cambio, sí. Verle salir abroncado del Calderón me produce una pena infinita. Aunque cada pito fuera merecido tras otro partido de errores, malos gestos hacia sus compañeros y esfuerzos contados. No hablamos de un cualquiera en la historia del Atlético, que gracias a el uruguayo puede presumir de una Europa League, una Bota de Oro y el mejor jugador de un Mundial. Palabras mayores. Pero el culpable de que semejante aval se haya derretido es el propio Forlán, víctima de una fama tardía mal asumida.

De un tiempo a esta parte, Forlán parece creer que está por encima del Atleti, que éste no le merece. Olvida que, tras una carrera repartida entre el banquillo del United y un Villarreal muy alejado de los focos, el Atleti ha sido un trampolín indispensable hacia su actual estatus. Sin embargo, con sus gestos lo desprecia. Debería mirar a Kun, cuatro veces más cotizado y que quizás acabe por irse antes, pero que en cada palabra demuestra compromiso y agradecimiento a quien le ha traído hasta aquí. Así, a él nunca le pitará la grada.