Benzema y la presión
Otro habría pedido la baja por depresión, no sin antes dibujar una peineta en la cara del jefe, léase Mourinho, y decirle cuatro cosas a Kaká. Benzema optó por la prudencia y habló con un gol decisivo. La sangre de horchata te hace menos depredador, pero también sirve para no reaccionar de forma visceral ante las injusticias. Y con él somos injustos. Cierto que año y medio de aclimatación suena a guasa. Tanto como que nunca percibió que los técnicos confiaban en él.
La prueba que ya ha superado es la de jugar bajo presión. En Almería cuajó una buena media hora y ayer, hasta el gol, también. Curiosamente, fue marcar y volver a vicios pasados. Verle fallar ocasiones cantadas resultó desalentador. Aunque no lo aparente, el debate sobre el nueve le tiene que estar haciendo daño. Se debe estar preguntando si pinta algo en ese vestuario. Ser el saco de los golpes no es grato. Estimula poco. Sigo pensando que el delantero de Francia no puede ser malo.