Lo dice Miguel: "El secreto es fe y luchar hasta el fin". No queda otra. Y el público lo pregonó el lunes en el estadio: "Échale huevos, el jueves, échale huevos". La afición ha marcado el camino para intentar la remontada. De conseguirlo, sería la tercera vez que lo lograría tras perder en la ida por 3-1. Los precedentes no sirven de mucho, porque eran otros tiempos... y otros equipos, que suenan a campanillas. Miguel, Silva, Escudero y Pérez Payá jugaron la eliminatoria ante el Español, que tuvo algo de épica al lograr el pase en la prórroga para subidón de una afición que aquella temporada veía al equipo dar tumbos porque el Pitarch de entonces, José Luis Costa, no había podido reforzar convenientemente al equipo por el tope salarial de 150.000 pesetas, cantidad que podían pagar muchos clubes.

De la otra remontada también hablan maravillas los que la vivieron. Fue en un gran año del Atlético, que acabó subcampeón de Liga y campeón de Copa en el Bernabéu. Un año en el que Peiró descosía las redes contrarias y Ramiro tenía fútbol y goles. Como Mendonça, decisivo en la remontada ante el Valladolid. Con Mendonça tiene cierto parecido físico (en lo futbolístico es otra cosa) Diego Costa, un jugador que necesita explotar. A él y a todos la afición les perdonaría que, si han de caer, lo hagan de pie. El público acude a vivir una noche épica, como antaño.