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Un partido demasiado especial

Si los partidos de El Sardinero son diferentes para Preciado, el de esta tarde será más especial. Los derroteros de la temporada provocaron que los caprichos del balón situaran al técnico rojiblanco en la picota. Dada la situación del equipo, el míster sabe que una derrota cortaría su trayectoria en el Sporting. Un empate tampoco parece que será balsámico para evitar la ruptura de una relación de cuatro años y medio, con más alegrías que sinsabores. Una situación así duele más por lo que significa Preciado en el Sporting y en el sportinguismo, pero el fútbol es crudo y carece de memoria. La realidad es que el conjunto rojiblanco se juega la vida en Primera. Los ascensos y las permanencias pertenecen al pasado y ya sólo sirven para alimentar estadísticas.

Sobre el papel no parece que exista una gran diferencia entre los dos conjuntos, en lo que a potencial futbolístico se refiere, pero anímicamente el Racing debe estar más fuerte y, además, juega en su campo. El Sporting depende de qué día tenga. Si pone la intensidad que reflejó ante el Real Madrid tendrá opciones de puntuar y seguro que hasta de ganar. Cierto es que por el juego desarrollado hasta ahora merecería estar mejor clasificado, pero la realidad la marca la clasificación. Los partidos se ganan sumando puntos, no a los puntos. Si el vestuario está tan comprometido con el míster, es el momento de demostrarlo sobre el tapete, dar un golpe de autoridad y tratar de superar una situación que puede convertirse en crítica. Para los rojiblancos es un partido demasiado especial.