La Manga mantiene su crédito
Ala fuerza incontestable del fútbol, súmenle ese sol con copyright de Murcia y Alicante. Quizá así se pueda explicar el porqué de ese negocio que son las concentraciones de los equipos de la Vieja Europa. Esos que después de dos horas y pico de vuelo dejan las nevadas, los campos helados, los días tristones por el sol español y por unos campos de entrenamiento capaces de satisfacer al más exigente de los técnicos. Eso se ofrece en La Manga Club y se oferta desde hace más de tres décadas. Desde aquellos lejanos 80 en los que un grupo de visionarios noruegos se empeñaron en convertir un secarral de Los Belones en el vergel que hoy en día acoge a los ocho campos de fútbol y a los tres de golf que hacen que este resort sea diferente a otros. Tan claro lo vieron los escandinavos que se reservaron de forma vitalicia un mes para sus selecciones inferiores: en La Manga todos los abriles se habla noruego.
A pesar de las estadías de low cost que se ofertan desde la Antalya turca (ni el sol, ni las infraestructuras hoteleras y todavía menos los campos de entrenamiento son comparables), de la pujanza qatarí y dubaití (de momento sólo centradas en un selecto y reducido target de transatlánticos tipo Milán o Bayern), el destino del levante español va al alza, a diferencia de otros destinos nacionales. De hecho, son ya muchos los resort que miran a La Manga Club como salvavidas para reorientar su no-negocio de venta de viviendas y levantar campos de fútbol. Y es que como siempre sucedió, el fútbol todo lo puede y si es con sol murciano, mucho mejor.