La voracidad de Cristiano
Está siempre enchufado. Y lo transmite. A los dos minutos ya había puesto en jaque a la defensa del Getafe. Eso animó a Di María y Özil, no tanto a Benzema. Cristiano, incluso cuando es recibido de forma hostil colabora en la motivación del equipo. El de ayer no fue el partido más brillante pero sí uno de los más efectivos. Su cuenta anotadora pudo ser mayor si no es por el empecinamiento en buscar una y otra vez a Benzema. Eso habla de una generosidad que va en aumento.
Y el hecho no es baladí, teniendo en cuenta su voracidad por batir registros. Los goles que lleva hacen presumir que puede alcanzar la cifra escalofriante de los cuarenta. No veíamos algo así desde hace dos décadas, cuando Hugo Sánchez se acercó a ese número. Lo puede lograr sin jugar de delantero. Acierta Mourinho no colocándole ahí, pese a las carencias en ese puesto. Perdería parte de su potencial. Estamos ante un jugador en el mejor momento de su carrera. ¿Cuál es su límite?