Urge pareja de baile para Prigioni
No es fácil construir un equipo al tiempo que se intenta lograr títulos (o, al menos, llegar a finales), pero cuando ese equipo se llama Real Madrid no hay alternativas. Es como verse obligado a dar fiestas con los albañiles en casa. La derrota de ayer frente al campeón alemán, aunque no cerraba ninguna puerta al Madrid, le dejó algunas enseñanzas claras. Ante todo, que la motivación es clave en el joven plantel de Messina. Esta temporada están teniendo problemas ante rivales teóricamente débiles, tributo a los días de relajación. Evidente, por otro lado, que Tomic puede brillar en ataque, pero necesita mejorar mucho en defensa, mientras con Fischer ocurre lo contrario. Si fuera un equipo de balonmano no habría problemas, pero es basket, así que Messina debe lograr que se compenetren y puedan jugar al tiempo los choques más comprometidos.
Perentorio, así mismo, que Pablo Prigioni encuentre su alter ego en ofensiva, una pareja de baile similar a las que tuvo en Oberto, Scola o Splitter. Puesto que cojea en los triples, el Madrid necesita sacar fruto de los pick and roll, del bloqueo y continuación, recurso menos incierto que la artillería exterior. Y teniendo ya un maestro de esas acciones, como Prigioni, sería un pecado no darle complemento.