Un viejo problema ya conocido
Cuando un equipo lleva una trayectoria como la del Sporting es que hay cosas que fallan, aunque los problemas no son nuevos. La falta de continuidad de las alineaciones se fundamenta en un bajo rendimiento de algunos jugadores, aunque no todos los que cometen errores lo pagan con la suplencia. Preciado no es el único culpable, pero como entrenador es el máximo responsable de sacar el mejor rendimiento a una plantilla descompensada. Para la media punta tiene muchos cromos repetidos y para la banda derecha tiene sólo una opción específica, lo que le dificulta tener que elegir a los que ve mejores en cada momento. Esta planificación involucra a Emilio de Dios, porque los fichajes de esta temporada no están dando el rendimiento esperado.
Las urgencias llegan en el último partido del año, con preocupación en el Consejo, que estaba decidido a tomar decisiones para cambiar el rumbo si los artistas no lo hacen en Riazor. Pero con el respaldo público al míster por parte de José Fernández, máximo accionista, que echa la culpa a los que no son capaces de meter goles, deja en una situación compleja a los que están al frente del club. Una vez que el propietario del club provocara que otra vez subiera el pan, la semana tiene un trabajo enfocado a Riazor, donde las peñas se volcarán, al margen de que les guste más o menos o nada la alineación de Preciado. Después, se verá qué pasa, pero tienen razón las peñas, ya que Preciado no es el único culpable. Si hay decisiones hasta cuatro pueden verse afectados.