Gracias a Renault en su despedida

Vuelve oficialmente Lotus, una leyenda de la Fórmula 1... pero se marcha Renault, la marca de nuestros grandes recuerdos. Es la doble cara de una moneda que simboliza el delicado estado de salud de la especialidad. Otra empresa de automóviles que abandona su escudería, acuciada por la crisis, para centrarse en lo que mejor saben hacer, que son motores de carreras. Y lo han vuelto a demostrar en 2010, facilitando a Red Bull el complemento ideal para ese monoplaza mágico diseñado por Adrian Newey. En ésas seguirán a partir de 2011, aunque miraremos con añoranza hacia tiempos mejores...

Porque, no debemos olvidarlo nunca, la escudería Renault fue la que puso en la cima del mundo a Fernando Alonso, la que permitió que este país llamado España tuviera todo un campeón de F-1, la que fue capaz de doblegar, de forma inesperada, a rivales temibles como McLaren o Ferrari, incluyendo en el paquete al piloto más laureado de la historia, un Schumacher que aún hoy se pregunta cómo fue posible que aquel chaval pudiera ganarle con un Renault. ¿Pero éstos no fabricaban utilitarios baratos? La golfería de Singapur 2008 nos hizo girar la cabeza al paso del coche con un rombo en su morro, pero hoy, en el momento de la despedida, creo que en el balance sólo se puede decir una cosa: gracias.