Bernie es un personaje irrepetible

Bernie es un personaje irrepetible

Si Bernie Ecclestone no existiera, tendríamos que inventarlo. En ocasiones me parece que sus decisiones o declaraciones rozan lo escandaloso, pero lo cierto es que se trata de un personaje único, irrepetible. No deja de sorprendernos, siempre tiene un conejo guardado en la chistera para alimentar la expectación sobre su negocio, esas carreras de coches que le han convertido en uno de los hombres más ricos de Gran Bretaña... y del mundo. Su última exhibición con el anuncio de Hublot, a cuento de la paliza que le dieron para robarle uno de ellos, es rocambolesca... pero también efectiva en grado sumo. No sé cuánto habrá pagado la empresa relojera por contar con el patrón de la Fórmula 1 para esta peculiar campaña, pero lo que sí tengo claro es que la inversión ha quedado rentabilizada en pocas horas, tan sólo con la repercusión mundial que está teniendo la iniciativa.

Donde los demás veríamos una desgracia, Ecclestone ha visto un lucrativo negocio. Esa astucia, esa inteligencia e incluso esa falta de escrúpulos le han llevado a su actual posición. Con ochenta años recién cumplidos, continúa manejando a su antojo uno de los mayores negocios deportivos conocidos y no quiere ni oír hablar de jubilación. Muchos son los que han intentado poner fin a su control y han fracasado, nadie se perfila como una alternativa clara a su gestión y, de un modo otro, los pilotos, los equipos, las marcas, las escuderías, los patrocinadores, los organizadores e incluso la FIA se pliegan ante sus exigencias. Vamos, que de tonto no tiene un pelo y desde hace tiempo adereza esa cualidad con una larga experiencia que le facilita que nada escape a su influjo. Lo dicho, seguramente algún día le echaremos, pese a todo, de menos...