La afición adora al portugués

La afición adora al portugués

Ayer me decían en la planta noble del Bernabéu: "Mourinho tienen una personalidad adictiva, pero no hay manera sencilla de ser grande. Su éxito genera curiosidad, pero también muchas envidias, sobre todo en su gremio". Esto último viene a colación porque en el Palco VIP número 31 de El Molinón, el portugués se mostró dolido por la suma de adhesiones de muchos entrenadores a las declaraciones de Preciado que hicieron estallar definitivamente las hostilidades. Que te llamen "canalla", te envíen con los ultras y encima aplauda el auditorio debe ser duro de asumir, incluso para alguien apodado The Special One.

Mourinho ya sabe que le están esperando y que deberá atemperar sus palabras y sus habituales pulsos psicológicos. Pero si él llega a hacer lo que Guardiola con Garrido ("Mira la televisión. En tu casa está bien, pero aquí no, ¡eh!"), le habrían acusado de prepotente. La pena es que el bochinche deje en segundo plano lo más importante: Mourinho es un grandioso entrenador que va a cambiar, para bien, la historia del Madrid. La afición le adora. Con motivo...