Llorente congela su feeling con Unai
En eso Llorente es un experto: en que se le note cuando se distancia de un ejecutivo a sus órdenes. Que se lo pregunten a García Pitarch cuando le discutía cuatro rupias para el agente de Sissoko. O a Benítez cuando le discutía el alquiler del video-proyector en los hoteles para la táctica. O a 'su' jefe de prensa Vidagany al que le retuerce la rosca todas las vueltas que no le da a otros fieles. El presidente tiene reminiscencias familiares. O eres de los míos (de la Guardia Civil) o no es lo mismo, aunque seas Policía Nacional o Local. Llorente ha colocado hielo entre Unai y él. Al presidente no le gustan (ahora) las rotaciones, los cambios, las cenas, la colonia... y si me apuras la gomina de Unai. Así que ha empezado su guerra fría. El lunes en Sevilla evitó hasta desayunar con él. Sería casualidad o no, pero no entró al salón hasta que se había ido Unai y quedaba Voro, 'su' Jordi Bruixola y Vidagany. Resumiendo: Unai se está quedando sólo, con los resultados, con sus ayudantes, su familia y unos pocos que le quieren en lo personal y le entienden en lo profesional, sabedores de que no es Sacchi del Milán, ni tampoco el de las Escuelas San José.
Yconocedores de que si escribiera un libro más de uno no saldría a la calle en un tiempo. Llorente que piense una cosa: debilitar al entrenador es hacerse el hara kiri. Mientras no decida echarlo debe darle galones o los jugadores se lo comerán como un bollycao. Y si el equipo va mal es más difícil ir a pedir a Bancaja, a la Diputación, IVAJ, IVF, Generalitat. Vd. mismo Sr. Presidente.