La Marcha Grana y el Murcianazo
No me negarán que no es grande una afición que en plena crisis como estamos, en día laborable, con la herida del descenso de su equipo a Segunda B todavía fresca en la memoria, sea capaz de armar una caravana con más de 1.500 fieles. Pues eso mismo es lo que ha sido capaz de movilizar el Murcia de Iñaki Alonso, que buscará lo que antes no han sido capaces de lograr el Milán, el Atleti y otros, y que conseguirá equipararse a éstos y lograr que las gradas de Chamartín se llenen de reventón. Pase lo que pase mañana, haya puerta grande (y por tanto Murcianazo) o enfermería en forma de goleada en contra, la Copa del Rey ha obrado el milagro de reenganchar al murcianismo con su equipo.
A diferencia de anteriores visitas granas a Chamartín, ver al Madrid y a sus figurones no es el motor que lleva al desplazamiento en masa. Tampoco lo es, en esta ocasión, ver a ese Pedrito León en la senda de Camacho, Chendo y de otros murcianos madridistas. Aunque les dé miedo decirlo (no vaya a ser que el Mou Team salga enfadado), el leit motiv de esta Marcha Grana reside en un sueño: asistir en vivo al Murcianazo, poder decir algún día eso de... "yo estuve allí". En fin, la Copa de los sueños en estado puro. Eso que tiene el fútbol y que pocos deportes pueden ofrecer: milagros que duran 90 minutos.