Cuando el debate gira en torno a si alguien es el mejor deportista español de la historia es que ese alguien se acerca a la consideración de leyenda. Rafa Nadal, 24 años, está en esas desde que añadió su nombre a los de Fred Perry, Don Budge, Rod Laver, Roy Emerson, Andre Agassi y Roger Federer en la lista que da entrada al Paraíso del tenis. Allí están los que han ganado el Abierto de Australia, Roland Garros, Wimbledon y el US Open.

El geniecillo de Manacor, que se ha ganado también el corazón de la gente por su forma de ser y su educación, acumula ya nueve grandes. En una época en la que ha coincidido con Federer (récord de Grand Slams ganados, con 16) y en la que sólo uno de esos torneos se disputa en tierra y hay dos en pista rápida. Con una temporada que se alarga de enero a principios de diciembre. Las comparaciones son odiosas y los matices muchos, pero yo creo que Nadal es ya el mejor deportista español de siempre. Unos mentarán los 12+1 de Nieto, otros los cinco Tours de Indurain, o los dos anillos NBA de Pau Gasol, los títulos de Fernando Alonso, el carácter indomable y pionero de Seve... Todos enormes. Gigantes. Pero nuestro Ali, el más grande, es para mí Rafa Nadal.