Un futuro que pinta muy bien
En Portugal hemos podido disfrutar de tres magníficas carreras que nos han dejado una lectura muy interesante de cara al futuro: en este Mundial hay vida más allá de nuestras fronteras. Ayer lo hemos podido observar en la carrera de Moto2, en donde entre los once primeros clasificados había diez nacionalidades diferentes, un hecho sin precedentes en la historia del campeonato, y alguno de ellos, como el turco Kenan Sofuoglu, con un futuro esperanzador y otros, como el alemán Stefan Bradl o el británico Scott Redding (junto a Bradley Smith y quizás Rea), con la difícil misión de recuperar el tradicional protagonismo que sus países han tenido en la historia de los mundiales (nos faltaría un francés, tal vez Berger o Guarnoni).
La actuación de Marco Simoncelli en MotoGP también ha sido bastante ilusionante de cara al futuro, en una categoría que siempre ganan los mismos. Pero si tenemos que hablar de un piloto con un porvenir brillante, hay que hacerlo de Marc Márquez. Este chaval de 17 años demostró ayer tener la osadía de Ángel Nieto (esos gestos levantando el cuerpo para no pasar a Terol); la valentía y la fuerza mental de Lorenzo (ganó tras caerse en la vuelta de calentamiento y salir el último) y la pericia técnica de Pedrosa (su salida es histórica y su destreza, con una moto maltrecha, inmejorable). Nuestro futuro pinta muy bien y si lo de Portugal sigue vigente, también el del Mundial. Mientras más naciones estén presentes entre los vencedores, el carácter universal del campeón será incontestable.