Un banquillo de oro blanco

Por qué no hacen más películas en los banquillos? A la figura más cinematográfica del fútbol, el entrenador, un personaje que vive del aire que otros respiran por él en el campo, sólo le faltaba una estatuilla dorada para confirmar su cinefilia. Esto no es el Oscar, pero en una temporada en la que tenemos en casa al míster que nos dio el Mundial, al entrenador del mejor Barça de la historia y a José Mourinho, elegir al mejor técnico es peliagudo. Guardiola tuvo su año hace dos temporadas cuando lo ganó todo, así que la pizarra se tiñe de blanco. ¿A quién quieres más, a papá o a mamá? Pues a los dos (aunque si le preguntan a Florentino tras empatar en Mallorca habría dicho que a ninguno), pero depende. Mientras The Special One, el hombre que ha convertido en terreno de juego hasta las ruedas de prensa, lleva su carácter en la banda al césped; el campeón del mundo Del Bosque ha trasladado su fútbol hierático desde la corte de Felipe IV al banquillo.

En ese cruce ha ganado el fútbol, que ahora elige su banquillo de oro. Con una nota a pie de página, como el Balón de Oro: el Mundial marca cada cuatro años el premio. ¿Quién es el mejor entrenador? Sin duda, José Mourinho, que sería el Messi (con Cristiano al acecho) del momento; pero ¿quién ha hecho más méritos en el Mundial? Como a Xavi, si no se lo dan a Don Vicente ahora, no se lo darán nunca. Y así el madridismo soñará con que Mourinho se lo lleve el año que viene. De blanco inmaculado.