De Gea no hay másque uno
Agüero, Ujfalusi, Godín, Mérida, Reyes, Domínguez...y ahora De Gea. Demasiados lesionados en el Atlético en un comienzo de temporada con menos prisas y exigencias que las anteriores, en las que el equipo tenía la prioridad de pasar la previa de la Champions, que superó con nota tanto ante el Schalke como frente al Panathinaikos. El último en caer ha sido el chaval, De Gea, que en menos de un año se ha convertido en un símbolo, para muchos en algo así como el nuevo Torres, pero en portero. Sus actuaciones en la pasada campaña y en ésta han convertido hasta a los que le ponían pegas al principio, como cuando se metió aquel gol contra el Mallorca el día que Santi lo puso de titular y sentó a Asenjo en el banquillo. Todo eso ya lo ha superado. Y hasta Del Bosque lo incluyó en la lista previa de los 30 para el Mundial de Sudáfrica.
Frío como un témpano, sus compañeros le llaman el ruso. Por eso y por la tranquilidad que da. Esa y la sobriedad son dos de las mejores cualidades de un guardameta. Las posee De Gea, que, además, brinda tardes para salir por la puerta grande como en los partidos ante Osasuna, Athletic y Espanyol de la pasada temporada, o el que hizo en ésta frente al Valencia en Mestalla o el Barça en casa. Y en la final de la Supercopa, que le paró un penalti a Milito. Con De Gea hay portero para rato, porque aún no ha cumplido los veinte años y ha prometido fidelidad al Atlético. El puesto de portero, que desde que se fue Molina no estaba bien cubierto, no es una demarcación que ahora quite el sueño a los atléticos. No hubo alarma ayer cuando De Gea se lesionó. También hay confianza en Joel, otro portero con futuro. Pero De Gea no hay más que uno.