La ansiedad, cáncer del Real Madrid
El Madrid está obligado a ser humilde", dije en un artículo a principio de temporada, tras una primera valoración de las plantillas. Unas semanas después me ratifico en esa creencia. Todo indica que el Barça permanece inalcanzable para el equipo blanco (y quizá para todos) e incluso hay otros conjuntos con mejor o similar presente, aunque menos potencial futuro. Todo esto me conduce a una reflexión: el Madrid debería confiar verdaderamente en Ettore Messina, darle tiempo para poner cimientos a un proyecto sólido y no pedir títulos urgentes, sino estabilidad y progresión.
El año pasado, Maceiras y Messina intentaron volver al Olimpo por la vía rápida, contratando veteranos de impresionante palmarés, pero con baterías gastadas. El fracaso fue rotundo. Si esta experiencia no hace cambiar de criterio a Florentino es que el baloncesto, como sospechamos casi todos, le importa un bledo. Un pasado glorioso no sirve para ganar nuevos partidos o campeonatos. En las últimas décadas al Madrid no sólo le ha rebasado el Barça (que ha pasado a ocupar el trono continental) sino incluso el Baskonia, cuya cosecha de títulos y prestigio es superior, fruto de una mejor gestión.