Traerlo sería muy necesario
El ariete es ese animal del área que lleva 25 años en peligro de extinción. Como el Perú de Vargas Llosa, el asunto empezó a fastidiarse casi al mismo tiempo que algún iluminado decidió inventar el concepto de mediapunta. Aunque en realidad se juntó todo a la vez: desaparecieron los futbolistas con bigote, surgieron las camisetas con cenefa, los lectores dieron la espalda al Dinámico y el fútbol vasco dejó de ganar Ligas. El balompié cambió, pero todavía no sabemos si a mejor.
Algo de ese miedo a perder la memoria acecha a la afición bilbaína, que se cuestiona para qué necesita el Madrid a Fernando Llorente, su gran estrella, el jugador que hace que la gente salga de San Mamés rematando de cabeza los letreros por la calle Licenciado Poza. ¿Hay necesidad? Y la pregunta encierra en sí misma una respuesta: tras unos años de limbo mercadotécnico, el Real Madrid necesita parecerse a algo, recuperar un estilo, rescatar el oficio de 9 que convirtió en leyenda un tal Santillana. Fernando Llorente no es Ronaldo, ni es galáctico, ni falta que le hace. Es riojano y no se parece a ningún fichaje del Real Madrid en los últimos años: quizá por eso puede ser tan necesario.