El Madrid, obligado a ser humilde
En deporte, como en casi todo, hay una fórmula mágica para el éxito: paciencia y trabajo. Es la que tendrá que aplicar el Real Madrid si quiere recuperar un puesto en la élite europea. Imposible lograrlo de un día para otro, por mucho que se utilice el talonario. Lo intentó el año pasado con veteranos ilustres, pero resultó un fracaso. Ahora está en un nuevo camino que quizá tampoco ofrezca resultados inmediatos, pero sí una base sólida para el salto definitivo. Tras la humillación ante el Barcelona, el equipo mostró más combatividad y acierto ante el Fuenlabrada, pero aún con la victoria siguen perfilándose carencias.
Los retoques en la plantilla aportan juventud y equilibrio, pero necesitan mejorar en triples (ayer, 2/11) y solidez interior. Tucker y Fischer no bastan para cubrir esas lagunas. En dirección de juego también hay tarea pendiente para Messina. Sergio Rodríguez brilla en contraataque y es un magnífico pasador para los pívots, pero no se adueña del ritmo de partido. Todo ello significa que los veteranos tendrán que justificar el sueldo y respaldar con fuerza a los valores emergentes. Mientras Sergio, Mirotic y Tomic maduran, Prigioni, Garbajosa y Reyes deberán marcarles el camino.