Camacho decidió bien tras la roja
Lolo y el impactante estreno de Álvaro Váquez pusieron la alfombra roja en Cornellà-El Prat para que el Espanyol completase ayer una gran faena. El partido se puso de cara muy rápidamente para los pericos, pero Camacho supo recomponer bien a su equipo. ¿Está perdiendo y quita a un delantero para meter centrocampistas? Pues sí, porque es en esa zona en la que se dominan los partidos. Rúper le dio otro aire y Osasuna estuvo a punto de la heroicidad: empatar un partido que se le puso muy cuesta arriba en el minuto 21 y en un estadio casi inexpugnable.
Al Espanyol le costó adapatarse a la situación favorable que se le había creado. No le van las posesiones largas y sus ataques se tiñeron de errores, pérdidas innecesarias y falta de pegada. Hay que saber cerrar los partidos, de lo contrario cualquier rival en cualquier circunstancia, se le puede subir a las barbas y darle una amargura. Osasuna demostró ayer que es un equipo constante, incombustible y que pelea cada partido como si fuese el último. Su afán estuvo a punto de darle un punto en un escenario en el que, a priori, no había nada que rascar después del 1-0. Y ese afán se lo deben a Camacho.