Más fuerte y joven, pero sin armazón
Uno de los máximos peligros al construir un equipo es fichar nombres en lugar de hombres. O sea, veteranos con nutrido palmarés pero escaso futuro. Fue, precisamente, uno de los errores cometidos por el Real Madrid en el primer año del Proyecto Messina. Muchos vejetes ilustres y unas cuantas promesas, pero casi ningún jugador en su mejor etapa, de 24 a 30 años. Este defecto se ha corregido en parte. Para su nueva travesía, Messina ha soltado lastre (Lavrinovic, Van den Spiegel, Hansen, Kaukenas, Jaric y el admirable Bullock) y ha incorporado gente más joven y con mayor capacidad atlética, como Sergio Rodríguez (24 años), Carlos Suárez (24), Nikola Mirotic (19), D'Or Fischer (29) y Clay Tucker (30, pero con pilas bien cargadas).
El lado oscuro de la reforma es que el proyecto parte otra vez de cero porque se ha salvado poco del año anterior. Sergio Llull, Novica Velickovic y Ante Tomic tendrán más protagonismo y han ganado experiencia, pero tendrán que adaptarse a su nuevo rol, de igual modo que los recién llegados, que son muchos, deben adaptarse al club y compenetrarse entre ellos. Incluso puede haber reciclaje para veteranos como Garbajosa o Reyes, con menos minutos de juego. Pienso, por tanto, que el Real Madrid ha ganado en potencial, pero debe ensamblar piezas y demostrarlo en la cancha. Si lo consigue estará casi a la par que Regal Barcelona y Caja Laboral, y con Power Electronics Valencia como posible revelación de la temporada.