Ajax y el talón de Aquiles
Todo comenzó con un gol de Johan Cruyff. Era 1967, el Madrid ye-yé aún tenía su tirón y el fútbol holandés no se clasificaba para un Mundial desde 1938. Nada hacía presagiar el terremoto. En aquella Copa de Europa donde ardía Troya, el Ajax seguía siendo el primo bueno de Aquiles, un Real Madrid que pasó la eliminatoria, pero al que sin embargo ya le había surgido un problema en el talón que duró 32 años y que ahora, tras la Novena, reaparece siempre en octavos de final.
Allí nació la Némesis perfecta del Real Madrid. Ajax de Ámsterdam, el hijo díscolo. A finales de los 60, esos holandeses representaban todo lo contrario que el viejo e hidalgo club español: frescura, pelo largo, chicas en bikini en las concentraciones y laterales como puñales. Fútbol total frente a Leyenda. Como el aprendiz ante el maestro a punto del retiro, el Ajax mamó de la mística blanca y desterró al equipo blanco de Europa hasta 1998 aprendiendo de él: los choques de otoño del 67 dejaron paso a la final de 1969 ante el Milán en el Bernabéu y a la semifinal de 1973. Tres Copas de Europa consecutivas coronaron a Cruyff como el nuevo Di Stéfano y al Ajax como el equipo que revolucionó el fútbol. Esa saeta fichó por el Barça, el Madrid siguió persiguiendo flechas y hoy Mourinho protege su talón.