Ricky queda como gran almirante
Cinco temporadas en la NBA son ya una firme aureola de jugador consagrado para José Manuel Calderón, de modo que su baja es una pérdida sensible para el Mundial. Por suerte, hay alternativas bastante válidas que no alterarán en exceso los planes de Scariolo. El técnico se ha decantado por Raúl López, cuya integración será cuestión de minutos, pero también pudo contar con Sergio Rodríguez, Carlos Cabezas o, incluso, trasladar a Llull al cupo de bases y poner como escolta a Rafa Martínez. El malagueño Cabezas es el gran olvidado por partida doble en esta ocasión. Sin embargo, sus incondicionales piensan que aún merece una plaza en el equipo nacional. Argumentan así porque él ha estado en la Selección siempre que se alcanzó la medalla de oro: tres veces como júnior (Mannhein 97, Europeo de Bulgaria 98 y Mundial de Lisboa 99) y dos como sénior (Mundial 2006 y Eurobasket 2009).
Reemplazos al margen, lo que ofrece más confianza en la dirección de juego es el progreso exponencial de Ricky Rubio en cada competición. Que me perdone Calde, se lo estaba comiendo en los partidos de preparación, quizá porque el extremeño había tenido más descanso y estaba corto de ritmo de juego. Al quedar como titular indiscutible, Ricky puede causar sensación en el Mundial de Turquía. Por si quedaban dudas, en el amistoso del pasado domingo contra Estados Unidos ratificó que puede medirse a cualquier adversario y salir airoso de la prueba.